Las cinco fases que propone esta herramienta son empatía, definición, ideación, prototipos y evaluación. Frente al proceso tradicional que partía de la idea o del proyecto y en una fase posterior la testaba en el mercado, el design thinking pone a la persona, al usuario de nuestros servicios o productos, en el centro; y son sus necesidades, problemas o aspiraciones el punto de partida para generar una solución, una propuesta. Por eso la primera fase ha de ser necesariamente la empatía.
«La pregunta es la forma suprema del saber», decía el filósofo alemán Martin Heidegger.
En la era del conocimiento en la que estamos inmersos, y en un momento en que la palabra "innovación" se ha convertido en ElDorado que todos buscan, resulta sorprendente y también alentador, que, al final, todo parta de algo tan sencillo y a la vez tan difícil como es escuchar, observar, empatizar.
Un buen reto para cada uno de nosotros, en este final de 2016, en el que todos soñamos con los proyectos que más ilusión nos harán en el año que pronto comienza...
