Nada más abrirse al público acudí a visitarlo. El conjunto, a la luz de la soleada tarde invernal, me pareció deslumbrante: una auténtica ciudad hospitalaria con una superficie equivalente a 9 manzanas de L'Eixample,
19 pabellones modernistas conectados por 1 km de túneles y una amplísima zona ajardinada. Su autor fue el arquitecto Lluis Doménech i Muntaner, y se construyó entre 1092 y 1930.
La belleza de sus pabellones y de sus espacios, cuenta con la declaración de la UNESCO como Patrimonio Mundial, y es el conjunto modernista más importante de Europa. Su espacio interior, a modo de patio en el que se glorifica la belleza y la armonía, está lleno de magia , de coherencia, de silencio artístico.
Emociones y valores de la arquitectura que quizá extraviamos en el algún punto del camino...