Hace unos días estuve viendo la maravillosa película documental "Iris" sobre la vida de la icónica Iris Apfel, una "socialité" de la vida neoyorquina, que tras pasar una vida dedicada al interiorismo de lujo y a viajes por el mundo a la busca de piezas únicas y singulares, se convirtió a los 90 años en un icono de estilo mundial, tras la exitosa exposición que el Metropolitan Museum de Nueva York organizó sobre la colección de accesorios de Iris, expuestos en un recorrido por 80 looks ideados por ella.
Iris es desde entonces una personalidad requerida por las revistas de moda, las pasarelas y los gurús del vestir. En la película, la cámara acompaña a la diseñadora en sus paseos por los mercadillos y las tiendas de abalorios de Harlem; muestra detalles de su maravilloso, extravagante y abigarrado apartamento de Park Avenue; y nos enseña también deliciosas conversaciones con su marido, que reflejan la historia de amor que ambos comparten.
Iris es brillante y atrevida. Tiene personalidad y estilo, algo que ella reivindica frente a la uniformidad de la moda actual. Una película para disfrutar de la pasión por el color, por la belleza, por la singularidad, y por la reivindicación del vestir como acto creativo.