
Se saludan con dos besos. “Nos sentamos al fondo, que estamos más tranquilas?”. Las dos mujeres han quedado en una cafetería céntrica para hacer el intercambio de idiomas semanal que han acordado. Una es española y lleva a su bebé con ella. “Lo siento, no tengo con quien dejarlo a esta hora”. La inglesa le presenta a su novio español que la ha acompañado hasta la puerta de la cafetería. La española lo conoce, del barrio, es su vecino, y no puede evitar comentarle a su compañera de conversación todas sus virtudes: es muy bueno este chico que te has echao de novio, muy formal y muy guapo". “yeah, yeah, I know,” responde ella, y así comienza el intercambio de idiomas de ese día que, lejos de pasar a otros temas se atranca en estos hombres.
Ese día la chica española sólo practica “he’s so good, he’s so nice”, refiriéndose a su vecino; y la chica inglesa “tu bebé es muy guapo y muy bueno”, refiriéndose al bebé de la española. Al irse, ambas deciden en silencio no llevar nunca más ni al hijo ni al novio.