La semana pasada participé, con una conferencia sobre Comunicación, en el Congreso Nacional de Agentes Forestales y Medioambientales. Debates, reencuentros, y pequeñas charlas en las que compartir inquietudes y proyectos. Momentos para recordar otras etapas de tu vida y para valorar el esfuerzo de quienes cuidan nuestros paisajes. Reencuentros felices.
Y, destacando entre todas las caras que acuden al recuerdo de esa jornada, el rostro anónimo y bondadoso del agente, cuyo nombre nunca supe, y que, al finalizar mi intervención, se acercó humildemente y con mirada amable y limpia, a estrecharme la mano y a agradecerme que hubiera asistido.
Sencillamente.