Quizá cuando Antoine de Saint-Exupéry dijo aquella hermosa frase (“si queremos un mundo de paz y de justicia debemos poner la inteligencia al servicio del amor”), estaba pensando, a fin de cuentas, en el bien común.Ayer tuve, de nuevo, la oportunidad de escuchar a Christian Felber, que habló en Barcelona, una vez más, de la Economía del Bien Común, una propuesta de economía alternativa regida por valores como la cooperación, la transparencia, la dignidad, la ecología, la justicia.
Difícil no embarcarse en sus propuestas.
Difícil no sumarse a la llamada...