Con apenas 24 años, Carmen Laforet ganó el premio Nadal, en su primera convocatoria. Había escrito una novela deslumbrante, "Nada", un libro que me impactó por su verdad desnuda y su reflejo amargo de las miserias humanas y materiales entre las que transcurría la vida en la España de la postguerra.
Hace poco pude ver un documental sobre su vida y su obra, y allí descubrí que su hija, Cristina Cerezales Laforet, escribió un libro dedicado a su madre, en el cual recuerda su última etapa, aquejada por una enfermedad degenerativa, y durante la cual se sumió en un profundo silencio, . El libro recoge momentos de esa etapa en la que madre e hija compartieron una comunicación sin palabras, hecha de miradas, sonrisas y ausencias.
Un relato lleno de dulzura y de respeto. De intimidad serena. Un homenaje luminoso y amable del que hace partícipe al lector, que acompaña ese tramo sintiendo el amor y la trascendencia de la experiencia.
