En un mundo de post-verdad, de post-pandemia, de post-paradigmas, se abren paso tendencias que nos ilustran sobre la velocidad de los cambios, en ocasiones; en otras sobre el desconcierto colectivo.
Entre ellas, una nueva dimensión para el concepto de "bienestar", que dejará de ser una categoría referida a la cosmética, la aromaterapia o el yoga; y se convertirá en algo transversal a lo que todos recurramos cada vez más para encontrar significado, orientación, pertenencia. Todo será "wellness" en esta nueva "new age".
A mí me gusta llamarlo "búsqueda de la belleza".
A los nórdicos, espírity hygge.
Brújulas para náufragos en un mundo confuso...