
Al llegar a la comarca del Matarraña, al noreste de Teruel, el visitante recibe la sorpresa de descubrir que sigue habiendo lugares donde la naturaleza aún mantiene su reinado. Olivos centenarios, almendros y campos de trigo; ríos frescos y limpios que te ofrecen sus claras aguas para darte un baño; bosques de pinos y encinas que te mecen en largos paseos sin prisa...
Y es también descubrir pequeños pueblos de piedra y bandas de música que te sorprenden al doblar una esquina en su santo día del patrón. Es un bocado de Buñuel y otro de paisaje majestuoso.