Hace ya algún tiempo, paseando por la calle Laforja, descubrí un lugar llamado Victoria's Cakes. El sobrenombre prometía: "pedacitos de felicidad". Me llamó la atención y quise entrar a descubrir su magia. Y cual Alicia en el país de las maravillas, abrí la puerta y sonreí al descubrir un lugar blanco, luminoso, decorado con colores suaves, con mesitas acogedoras que invitaban a sentarte y formar parte del lugar. Un lugar donde las tartas parece que estén adornadas con perlas y diamantes. Y es que cuenta su propietaria que con esta pastelería artesanal maridó sus dos aficiones más queridas: la joyería y la pastelería.
Otra persona que fue en busca de su sueño.
Y nos hizo soñar a los demás.
Y nos hizo soñar a los demás.