Antes de que empezara el confinamiento, leí un libro maravilloso, del psicopedagogo Francesco Tonucci, que analizaba el diario de un maestro y sus alumnos en una humilde escuela rural, en la Italia de los años 40 ó 50. Entre todas sus entrañables enseñanzas y reflexiones, me llamó la atención una, que ha tomado nueva luz en estos momentos en los que tenemos la escuela en casa, y la convivencia constante con nuestros niños nos deja, en ocasiones, destellos de magia. La frase era ésta:
“De vez en cuando, en una situación emotiva especial, o cuando nadie lo esperaba, nacía una poesía y los niños la acogían con estupor, porque la poesía no es algo que uno decida hacer, no puede planificarse, llega sola y no a todos, quién sabe por qué".
“Viaje alrededor de “El Mundo” de Francesco Tonucci. Diario de Mario Lodi y sus alumnos".
