Leí con enorme interés el nuevo libro del que denominan como el filósofo actual más leído del mundo, Byung-Chul Han. "No cosas" habla de la transición que estamos viviendo hacia la desmaterialización de nuestro mundo en el cual, de manera a veces imperceptible, estamos sustituyendo cosas físicas y objetos que durante siglos han formado parte de nuestra cultura, por información, conexiones digitales y redes intangibles.
Junto con afirmaciones y análisis tan lúcidos como inquietantes ("La hipercomunicación -vía smartphone- no es satisfactoria, sólo hace más honda la soledad, porque falta la presencia del otro"), conviven reflexiones inspiradoras ( "La basura de la información y la comunicación destruye el paisaje silencioso, el lenguaje discreto de las cosas..."); y, en ocasiones, me pareció, con la poesía, sobre todo cuando reivindica el valor intrínseco de las obras de arte ("La obra de arte como cosa no es un mero portador de ideas. No ilustra nada. El proceso de expresión no lo guía ningún concepto claro sino una fiebre indeterminada, un delirio, una intensidad, un impulso o un deseo inarticulable"...).
El autor, finalmente, nos alerta de que "la dominación perfecta es aquélla en la que todos los humanos juegan (...)": "Renta básica y juegos de ordenador serían la versión moderna de pan y circo".
Como dirían mis amigos colombianos, "ahí les dejo esa inquietud"...