Desde entonces, se ha avanzado mucho en el procesamiento de datos por parte de máquinas y en la programación de computadoras. Sin embargo, hasta ahora, ninguna tecnología había podido detectar, interpretar y hacer predicciones a partir de la comunicación producida entre personas en la era digital (en forma de artículos, libros, tweets, informes, blogs...). Ahora IBM lo ha conseguido a través de la tecnología Watson, que inaugura lo que se conoce como "tecnología cognitiva".
Según asegura IBM, la empresa creadora de este nuevo modelo de computación, esta tecnología "inaugura nuevas posibilidades en la relación hombre-máquina gracias a que uno se comunica con Watson como si se estuviera comunicando con cualquier persona"...
Un medio más que intenta poner luz en el laberíntico e ingente volumen de datos que producimos cada día a nivel global, y que nos deja, como siempre, una luz de esperanza en el progreso que puede representar (imaginemos los beneficios en el ámbito de la salud, por ejemplo), y una sombra de duda en cuanto a los riegos que puede generar un mal uso de esas capacidades de extraer y analizar datos de forma masiva.
Crucemos los dedos y deseemos que, junto a la inteligencia cognitiva de las máquinas, trabaje siempre la inteligencia emocional de los humanos.