Los que lleváis siguiendo el blog desde sus inicios, recordaréis que ladytacones se presentaba así. Una soñadora flâneuse, una paseante urbana, sin rumbo determinado, que deja que sean sus pasos y su curiosidad los que la sorprendan y la conduzcan a lugares bellos, inesperados, emocionantes.
En el deambular del flaneur, o de la flâneuse, hay una búsqueda poética, una experiencia estética, íntima. Siempre me he sentido muy atraída por ese término, y muy identificada con él.
La figura del flaneur surgió de la mano de Baudelaire, cuando hablaba de sus paseos parisinos; y fue consolidada, ya en femenino, por autoras como Virginia Woolf, décadas despues.
En los lejanos primeros paseos que, en los albores del siglo XX, pudieron hacer aquellas primeras mujeres que se atrevieron a pasear solas, no sólo había deleite, placidez o indolencia. Había, además, un gesto subversivo. Un canto a su libertad.
Brindo por ellas.
