Mi amiga Anna es jardinera. Cuida los jardines de una escuela universitaria de la ciudad. Es una de esas personas tan dulces y cariñosas que dan ganas de achucharla. Cada vez que le preguntas por algo que no sabes dónde encontrar, te da una referencia de un lugar, la calle exacta y además el nombre de la persona por la que tienes que preguntar, ya sea una floristería, una peluquería o una farmacia con homeopatía. Su familia siempre ha trabajado en el comercio, de cara al público, y dice que alomejor por eso es por lo que siempre conecta con las personas que encuentra detrás de cada mostrador. Yo creo que no es sólo eso, sino que, fundamentalmente, es porque es una persona muy humana, algo que parece una redundancia, y que, lamentablemente, no lo es.
Qué suerte tienen las plantas de la Escuela Industrial...
