Disfrutar de un concierto de música al aire libre, en un cruce del Eixample barcelonés, en el espacio ganado a los coches.
Escuchar música brasileña de la mano de Carlos, artista y amigo, que nos hizo volar desde el asfalto de un rincón de Europa hasta Salvador de Bahía y Copacabana de la mano de Caetano, Vinicius o Carlinhos Brown. Que nos hizo emocionarnos cuando dedicó una de sus canciones a tantos amigos brasileños que ha perdido a causa de la pandemia.
Que nos metió el ritmo en el cuerpo y nos hizo recordar la alegría de poder compartir...