En las clases que estoy impartiendo estos días sobre
content curation en la UIC (Universidad Internacional de Cataluña), estamos hablando sobre la importancia que reviste este nuevo perfil profesional que se encarga de buscar, seleccionar y compartir la información más relevante que hay en la Red sobre un tema determinado. El contexto de sobreabundancia de datos en el que vivimos, con millones de usuarios compartiendo contenidos de manera continua y masiva, en múltiples plataformas y formatos, ha incrementado exponencialmente el volumen de información que nos ofrece internet y hace imposible que los buscadores o los algoritsmos, por sí solos, puedan ofrecernos los resultados que buscamos.
Los
content curators aparecen como los nuevos
sherpas de la comunicación digital, ya que identifican y filtran los temas de mayor interés, y los comparten con sus audiencias, dándoles sentido, es decir, añadiéndoles su interpretación, su comentario, su síntesis.
En palabras de Dolors Reig, los curators son "intermediarios críticos del conocimiento". Y a ello, yo añadiría, que son, en última instancia, personas cuya misión, si está dirigida hacia contenidos que difundan valores compartidos, es capaz de inspirar y guiar a otros en un mundo necesitado, hoy más que nunca, de una reflexión sobre su futuro...
Curadores.