Aunque ahora lo hace con mascarilla, ladytacones, como sabéis, sigue caminando, escribiendo y dibujando.
Hace unos días me sorprendió una imagen que vi en la plaza del barrio de les Corts, en Barcelona. Una farmacia pequeñita había colocado frente a la puerta, en fila, y con la suficiente distancia de seguridad entre ellas, tres sillas. Una detrás de otra. Imaginé que tras el gesto podría estar el ofrecer un reposo a la clientela mayor que a diario acude a buscar sus medicamentos, en un tiempo en el que los locales pequeños sólo se pueden admitir a una o dos personas simultáneamente en su interior. Me emocionó la empatía que entrañaba este pequeño gesto de buena vecindad, de barrio que cuida; y sonreí al pensar que, si esas sillas podían estar ahí, en el espacio público, era porque ese lugar forma parte de una supermanzana, de una nueva concepción de las áreas urbanas donde las restricciones de paso a la movilidad generan nuevas plazas y permiten a los ciudadanos nuevos usos.
Y me fui de allí soñando en que, ojalá, un día cercano, todos los barrios sean así...